El desarrollo infantil
El desarrollo se concibe
como un proceso de reconstrucción y reorganización permanente. Se abandona la
idea de desarrollo como sucesión estable de etapas. No se concibe como un
proceso lineal, sino caracterizado por ser irregular, de avances y retrocesos;
que no tiene ni un principio definitivo y claro ni parece tener una etapa
final, que nunca concluye, que siempre podría continuar.
Tres puntos resultan
altamente neurológicos frente a las concepciones tradicionales sobre el
desarrollo y tienen diversos tipos de implicaciones:
- El desarrollo no es lineal: se reconoce la necesidad de abandonar la comprensión del desarrollo como una sucesión estable de etapas y avanzar más bien hacia la apropiación de un modelo de comprensión del funcionamiento cognitivo, entendido como un espacio en el que cohabitan comprensiones implícitas y explícitas. Nunca hay un final definitivo en el proceso del conocimiento. Siempre hay reorganizaciones que llevan a una transformación sin límites rígidos.
- El desarrollo no empieza de cero: el desarrollo afectivo, social y cognitivo no se pueden pensar desde un punto cero inicial. No se trata de un comienzo definitivo, no se parte de cero. Siempre hay una base sobre la cual los procesos funcionan
- El desarrollo no tiene una etapa final: en el otro extremo se puede decir que nunca hay un final definitivo en el proceso del conocimiento. Siempre hay reorganizaciones que llevan a una transformación sin límites precisos.
Problemas de desarrollo en la infancia
Los problemas de desarrollo
en la infancia incluyen, entre otros, un progreso insuficiente, problemas de
comportamiento, de alimentación y de sueño, dificultades para ir solo al baño,
fobias, hiperactividad, falta de atención y dificultades de aprendizaje.
Progreso insuficiente
El progreso insuficiente se
refiere principalmente a un retraso en el crecimiento físico, el desarrollo también
puede retrasarse como resultado de un insuficiente crecimiento físico o de
problemas causados por un retraso en el crecimiento.
Problemas de conducta
Los problemas de conducta
son patrones de comportamiento tan difíciles que amenazan las relaciones
normales entre el niño y quienes le rodean. Los problemas de conducta tienden a
empeorar con el paso del tiempo y un tratamiento precoz puede contribuir a
evitar su progresión. Un contacto más positivo y placentero entre los padres y
el niño puede elevar la autoestima de unos y otros. Una mejor interacción puede
ser útil para romper el círculo vicioso de comportamientos negativos que causan
respuestas igualmente negativas.
Problemas de interacción entre el niño y
sus padres
Los problemas de interacción
entre el niño y sus padres son las dificultades que surgen en la relación entre
ellos. Dichos problemas de interacción pueden comenzar durante los primeros
meses de vida. La relación entre la madre y el bebé puede ser difícil como
consecuencia de un embarazo o un parto difícil. La depresión pos-parto o la
falta de apoyo por parte del padre, de los familiares o de los amigos también pueden
crear tensiones en la relación de una madre con su bebé. Y además, los
impredecibles horarios en los que un bebé come y duerme contribuyen a
dificultar aún más la situación. La mayoría de los bebés no duerme durante la
noche entera hasta los 2 o 3 meses de vida. Durante este período, la mayoría de
los bebés pasa por frecuentes períodos de llanto intenso y prolongado. El
agotamiento, la hostilidad y el sentimiento de culpa pueden combinarse con una
sensación de desesperación que afecta a la relación de los padres con el bebé.
Esta mala relación puede detener el desarrollo de las aptitudes sociales y
mentales del bebé y dificultar su progreso.
Problemas de disciplina
Los problemas de disciplina
son comportamientos inapropiados que surgen cuando la disciplina no es la
adecuada. La disciplina es una técnica
de premios y castigos encaminada a conseguir el comportamiento deseado. Los
esfuerzos por controlar la conducta del niño a través de las reprimendas o los
castigos físicos, como los golpes suaves, pueden funcionar si se usan con
cautela y con poca frecuencia, pero pierden efectividad si se usan en exceso.
Regañar o pegar a un niño también puede contribuir a reducir su autoestima y
sensación de seguridad. No conseguir disciplinar correctamente a un niño puede
derivar en un comportamiento social-mente inaceptable. Las amenazas de marcharse
los padres o de alejar al niño pueden ser psicológica-mente perjudiciales.
Problemas de alimentación
Una falta corriente del
apetito, causada por un menor índice de crecimiento, es muy frecuente en los
niños entre 1 y 8 años de edad. Los problemas de alimentación pueden surgir si
la persona que cuida del niño intenta obligarlo a que coma o muestra demasiada
preocupación por el apetito del pequeño o por sus hábitos alimentarios.
Mientras los padres obligan y amenazan, los niños con problemas de alimentación
son capaces de permanecer sentados en la mesa con la comida en la boca.
Hiperactividad
La hiperactividad es un
nivel de actividad y excitación tan alto en un niño que afecta a los padres o a
las personas que los cuidan. Generalmente, los niños de dos años son activos y
raramente están quietos. También es normal que un niño de cuatro años sea muy
activo y que haga mucho ruido. En ambos grupos de edad, esta conducta es normal
para esta etapa de desarrollo del niño. Sin embargo, el comportamiento activo
es causa frecuente de conflictos entre padres e hijos y puede preocupar a los
padres. El nivel en el que la actividad es percibida como hiperactividad
depende frecuentemente de la tolerancia de la persona importunada. Aun así,
algunos niños son ciertamente más activos y poseen períodos de atención más
cortos que lo considerado como normal. La hiperactividad puede crear problemas
en los adultos que vigilan a estos niños. Esta alteración puede tener una
variedad de causas, como trastornos emocionales y anormalidades en el
funcionamiento cerebral. Por el contrario, puede también ser simplemente una exageración
del temperamento normal del niño.
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